viernes, 10 de junio de 2011

"Progreso"

Hoy, realizando una diligencia, me encontré con una casa totalmente destruida. Se me hizo agua el corazón, y de inmediato pensé en esa familia que allí vivía. Probablemente vivían seis o siete personas, era una casa espaciosa, construida con amor, sudor y esfuerzo. Colorida, viviente.. 

Mas ahora sólo queda el sucio y frío asfalto, cemento destruido y gastado, y el dolor en sus alrededores que  se respira y se adentra en todo quien detalle lo que se nos muestra ante los ojos, que no es más que casa destruida por el progreso. La tenue neblina en un día cálido que se postraba sobre esta casa, la sentí como una triste mujer que había sido violada, que había perdido su rostro, que había perdido su fuerza interior, su alma. 

Esa familia, que allí habitaba, por la excusa del progreso debió ser destruida, tanto la casa como la dignidad de estas personas, quien con el poco dinero que reciben generalmente por la destrucción de sus hogares, sólo les alcanza para comprar un pequeño apartamento multifamiliar de escasas dos habitaciones, en un barrio con pésimas condiciones de vida y déficit en el sistema de transporte. Una casa construida en veinte o treinta años, fue destruida en tan solo uno o dos días, revelando la intimidad de cada familia... ahora el inodoro se encuentra tirado en el piso destruido... Las paredes poco a poco pierden el color, y la naturaleza con su fuerza se encarga de hundir el concreto que escasamente aún queda... 

Pasa un niño, que vivió sus primeros y últimos doce años en esa casa, y ve como todos sus sueños se le cayeron al piso por la tenue excusa del progreso, cuya única justificación es embellecer una ciudad por fuera, mientras las élites se apropian por completo de ella y marginan a los desfavorecidos en barrios que se convierten en campos de concentración y de batalla, donde todos se pierden en pandillas, en burdeles y en la misma droga como manera de escapar al mundo, y no como momento de exploración de la mente y de recreación. La falta de oportunidades los acribilla a todos contra la pared del olvido.

Esta es la realidad del Barrio San José, de la ciudad de Manizales, un proyecto vampiro que destruyó cientos de familias, y pretende destruir más de cuatro colegios, parques, y la vida de mucha gente que cada mañana se levanta a construirles a ellos, a la élite, sus hogares, a cultivar sus alimentos, y a sostener esta doliente sociedad... ¿Progreso? ¡Cuál progreso!

3 comentarios:

Diana Correa dijo...

Tiene toda la razón, todo eso lo hacen con excusas de "progreso" y mejor calidad de vida, pareciera que todo esto lo hicieran para la decadencia, no buscan el bienestar de una familia y de una ciudad, solo buscan lucrarse de proyectos que les va dejar miles de ganancias solo a ellos y se supone que es el bien de todos!

Da Noite Salazar dijo...

Muy frecuentemente voy por la casa de mi abuela, desde aquella triste ventana se ve cada día como destruyen y barren tantas ilusiones de "progreso" de cada persona, cada familia...

Daniel Ballesteros-Sánchez dijo...

Lo más triste de todo es que cada vez marginan más la pobreza... todo es parte de un plan llamado Manizales 2018... Triste.