sábado, 12 de agosto de 2023

Nada personal de James Baldwin, reflexiones sobre la vida en el norte global desde un hombre del sur global

 Más allá de ser un libro increíblemente hermoso, Baldwin nos trae una serie de reflexiones que debemos traer para nuestra vida. Nada personal, todo es para todos:



1. Baldwin aborda brevemente el problema del mito. El tema aquí es que vivimos rodeados de mitos, porque los necesitamos para explicar o llenar de contenido aquello que es inteligible e incognoscible. Y allí han crecido grandes mitos, como el mito de la patria. El problema del mito es que, al final, es inabarcable tanto para quienes lo han incorporado dentro de su sistema de pensamiento como para aquellos que lo inventaron.

2. Las grandes ciudades y grandes países (y los chicos también, pero el lugar de enunciación de Baldwin es EE.UU) han traído un progresivo distanciamiento de modus vivendi más tranquilos. Este distanciamiento, poco a poco, ha acarreado una pérdida sustancial del deleite de las pequeñas cotidianidades que siempre nos hicieron felices, como cantar o escuchar y recitar poesía, como el amor inclusive. El maltrato al poeta, para Baldwin, sólo es un sinónimo de que el colapso se aproxima.

3. Un gran problema en EE.UU -y varias partes del globo- es la permisividad de la violencia. La coacción punitiva Estatal a través de las fuerzas legales del orden pero, también, el ejercicio cotidiano de la violencia entre personas que comparten territorio hacia grupos de odio específicos -como los negros- sólo darán paso a la barbarie, a la aniquilación colectiva, porque es más difícil revisarse a sí mismo y encontrar el origen y los detonantes de la violencia para reducirla que responder con violencia a aquello que construimos como otredad y que signamos como generador de la ira que llevamos adentro -negros, latinos, árabes, judíos, etc-.

4. Las grandes sociedades capitalistas y, en general, las productivistas, padecen de un mal que no es menor: la desaparición del amor. La familia tradicional amorosa que muestra el cine estadounidense es, para Baldwin, una ficción. No conoce la primera familia perfecta y no es que no pueda existir, es que las condiciones de vida en estos países no lo permiten.

5. Hay horas del día -para Baldwin, las 4 a.m.- donde no hay esperanza, porque nada se puede hacer por el día que pasó y porque comienza un nuevo día sobre el cual poco se podrá hacer. La esperanza de decir no al suicidio por responsabilidad hacia los otros que nos rodean debería ser suficiente para continuar.

6. Baldwin aborda el tema del uniforme, que para María Mercedes Carranza eran las máscaras. Todos los días nos ponemos máscaras para caer bien a los demás, para evitar que nos maten, para que su construcción de otredad nos vea de manera que se la piensen dos veces antes de hacernos daño. Sin embargo, las máscaras verdaderas, el cuerpo en los huesos sin uniforme, vale la pena ser revisado.

7. Las relaciones intergeneracionales están cada vez más averiadas. Sin embargo, las generaciones presentes y futuras son nuestra responsabilidad, porque somos los únicos testigos de lo que pasó. Y los únicos responsables, también. El amor es enseñanza de límites, y no permitir que las nuevas generaciones exploren, por sí mismo, los daños que corresponden a la superación de límites que no deben ser pasados.

8. La falta de enseñanza/aprendizaje sobre los límites que otrora se daba de manera intergeneracional ha llevado a venerar la visión de la eterna juventud como una visión. Sin embargo, la vida se trata de asumir la complejidad, no de permanecer en la simpleza.

9. La peor comodidad que hemos elegido como sociedad es la seguridad, porque esta comodidad es inalcanzable. Sin embargo, no dudamos en esclavizarnos para vivir en su ilusión.

10. Hay varias cosas de las que somos cotidianamente víctimas (y victimarios: víctimas de la credulidad universal; víctimas de la indiferencia hacia los otros; victimas del temor universal al amor. Pero, ¿lograremos entender algún día que vale más el otro que la cosa?

11. Educar no es integrarse. La integración destruye la realidad. Integrarse es ser inaccesiblemente independiente; peligrosamente poderoso de ponderar el peligro; habilidosamente usador de medios para cambiar la realidad.


Estas son las enseñanzas que me dejan este libro. Un libro estupendo, de esos que -para quienes nos gustan resaltar y tomar notas al margen- difícilmente saldrá limpio ante la mirada inescrupulosa acompañada de lapicero del lector ocioso. Un libro que, sí o sí, debe leerse escuchando a la gran Bessie Smith y su canción Long Old Road.

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