En una oración puedo
definirte el sexo. Puedo, también, precisarte en un acto de comunicación
coherente, como la menor unidad gramatical en mi existencia. Puedo hacer de ti
una frase agramática, y restarle importancia a la estructura verbal que es tu
cuerpo. Puedo permanecer estoqueo ante tus manos de astromelias, que adormecen
al poeta que aún no sabe de su prosa y mucho menos de su lengua; puedo hacerme
de ti un sintagma nominal a tu servicio, sujeta, pero no me pidas nunca jamás,
ser de tu existencia un predicado, porque no quiero que algún día me
acompañes como el verbo que ambos sabemos que eres.
Y ahora que conoces lo que
de ti pretendo, ven y acuéstate al lado derecho de mi cama, y has del lado
izquierdo de mi cerebro una desconexión neuronal y lingüística bajo tu
lascividad imperante, para así ser la expresión verbal de un juicio, donde
están juntos tu nombre y el mío.
2 comentarios:
esta genial...
esta genial...
Publicar un comentario